martes, 31 de agosto de 2010

de plumajes y pantanos













(traslado de los restos de los héroes nacionales)


hay aves que cr
uzan el pantano y no se manchan.
mi pantano es de esos


qué difícil es reponerse de la perplejidad que sigue a la lectura de los comentarios de algunos artistas escénicos involucrados en el desfile del Bicentenario (y aquí). ante todo, es estremecedora su ingenuidad política.

bajo el argumento de “nadie me dictó lo que debía de hacer”, se parapeta una muy poco feliz complacencia en la que la libertad de los artistas planea sin ensuciar su plumaje en las espesas aguas de la contingencia nacional. según se entiende, sus “conceptos” están, por ser artísticos, alejados de los intereses de quienes les otorgan los recursos y del marco general en el que se actulizan. en su imaginación, lo que realizan se debe mirar como un servicio al pueblo y no al gobierno, de manera que tratándose del beneficio de la patria el fin siempre justificará los medios.

y es fácil para ellos pasar por alto que, en términos de formato, su modelo de "servicio" no está en, digamos, brecht, wilson, o cualquier artista, sino en la espectacularidad de los juegos olímpicos. ¡claro, porque nunca se ha escrito nada al respecto de la vocación propagandista de las gigantes ceremonias populistas, y aún más las olímpicas! para nuestros creadores, susan sontag, por ejemplo, jamás escribió sobre leni reinfensthal y los mega-eventos que puso en cámara; y ningún artículo ha sido escrito sobre la espectacularidad como estrategia colaboracionista con las dinámicas dominantes de poder. es más: ¡guy debord es la trade mark de una alucinación de los catastrofistas!

se entiende. la mejor postura es la de la amnesia; la de la ignorancia; la de la unión de todos los pueblos bajo la ideología disneylandia. y claro, en esta ignorancia es fácil también confundir mega-espectáculo con carnaval: vengan los grandes animales, las serpientes voladoras, los enormes carromatos (y uno piensa en césar entrando en roma). pero no, por más que se le busque, el desfile del Bicentenario no es el carnaval; es un acto oficial -no es popular- y no contiene una liberación de los códigos del poder en los que el bufón se pueda volver rey: el presidente estará en el balcón y la policía en las calles.

pero todas estas son conjeturas catastrofistas mías, ya lo sabemos; quien ahora dicta las pautas culturales es en realidad la buena vibra de la Programación Neurolingüística: si pensamos en cosas feas nos pasan cosas feas, mejor empecemos a pensar en cosas bonitas, positivas, agradables; que el pueblo se empape de optimismo y que programe sus pensamientos en desaparecer la miseria, la violencia y la corrupción.

*

es cierto, nos guste o no, las efemérides son significativas para mucha gente, y tal vez quienes repetimos que no hay nada qué celebrar seamos los mismos aguafiestas de siempre. pero, una conmemoración -algo distinto a una celebración- tal vez tuviera que desatar preguntas antes que desfiles: ¿qué es una nación?, ¿por qué este país tuvo durante el siglo xix monarquías, imperios, repúblicas federales y centralistas; golpes de estado y dictaduras?, ¿qué ha hecho este país con sus diferencias?, ¿por qué seguimos siendo mexicanos sólo “al grito de guerra”?, ¿los mexicas, de cuyo lenguaje proviene nuestro nombre no eran ya invasores?, ¿por qué los mexicanos dicen en español y en melodramático pretérito “cuando nos invadieron los españoles?...

pero lo más triste es que en las declaraciones de los artistas escénicos estamos ante los testimonios de gente talentosa e inteligente -muchos de ellos que estimo y admiro- pero que no ha pensado en otra cosa que su propio beneficio artístico: niegan alguna censura creativa, pero ningún reparo tuvieron en firmar un convenio de silencio antes de cobrar su cheque. imaginan, sin algún asomo de curiosidad por la teorías del arte del último siglo, que la obra de arte es inmaterial, y que no está inscrita en juegos políticos de mecenarismos o consagraciones: la paradoja del teatro ,que menciona alain badiou, entre financiamiento público -a través de un gobierno específico- y realización libre, no existe para ellos. la buena intención artística absorbe cualquier red de poderes.

así pues, el argumento de estos artistas es, a primera vista, irrefultable: nos paga el pueblo no el gobierno, de donde se deduce de que no entenderlo así, cualquiera que recibe dinero público es tan colaboracionista como ellos. pero entiendo que no fueron ellos los que hicieron la petición a través de los cauces institucionales para realizar este evento: fueron contratados, reclutados, pues, por un gobierno en específico. no puede uno cerrar los ojos tan fácilmente a las condiciones materiales, so pena de ingenuidad o cinismo.

y no habría ningún problema si lo admitieran: simplemente quieren experimentar grandes formatos, cobrar por ello y sumar el mega-evento a su currículum; o simplemente apoyan las acciones de este gobierno. está bien, son ciudadanos libres. pero el discurso eufemístico de su puritanismo romántico es de gran pobreza intelectual.

*


(traslado de los restos de un joven muerto en ciudad juárez)


pocos años antes de morir, heiner müller escribió el siguiente poema:

Jabón en Bayreuth
para Daniel Barenboim

De niño escuché a los mayores decir:
En los campos de concentración se hace de los judíos
Jabón. Desde entonces no he podido
reconciliarme con el jabón y detesto el olor a jabón
Ahora vivo, ya que TRISTAN he de escenificar
En un piso nuevo en la ciudad de Bayreuth.
El piso está más limpio que ningún otro que haya visto
Todo está en su lugar: El cuchillo La cuchara El tenedor
Las cacerolas Las sartenes Los platos Las tazas La cama de matrimonio
La ducha, MADE IN GERMANY, devolvería la vida a un muerto,
En las paredes flores y kitsch alpino
Aquí hay orden, también el parque tras la casa
En orden, la calle en silencio, en la otra acera HYPOBANK.
Cuando abro la ventana por vez primera: olor a jabón.
La casa el parque la ciudad de Bayreuth huelen a jabón.
Ahora sé, digo al silencio
Cómo es vivir en el infierno y
No ser asesinado o asesino. Aquí
Nació AUSCHWITZ con olor a jabón.
15.8.1992, el día en que fue prohibida en Bayreuth una manifestación en memoria de Rudolph Hess.

y, en 1939, se encontró entre los documentos que walter benjamin llevaba en su huida de los nazis, las famosas tesis sobre la historia, de donde sale este fragmento:

No hay documento de cultura que no sea a la vez un documento de barbarie.

en ambos casos, la misma certeza: caminamos sobre las cenizas de los muertos. las grandes culturas se alimentan o se lavan con el calcio de los otros; y sobre esas tumbas se graba la historia en la que hacemos arte y cultura.

nuestros artistas escénicos se engañan en formato (lo que van a hacer no es arte, es propaganda) y se engañan en estrategia (lo que van a hacer no es arte, es colaboración política); pero sobre todo -y aquí radica el síntoma de el triste nivel de nuestra cultura política-, lo que están haciendo es sumar un documento más a la cultura, gracias al olvido de las barbaries.


rubén