"Performance es el momento en que el performer con su propia idea se planta, en su propio construcción física y mental frente a un público, en un tiempo particular”. MA
Como he mencionado en una nota anterior, resulta sobresaliente que el Museo de Arte Moderno de Nueva York esté ocupado actualmente por dos grandes artistas escénicos. En el caso de Marina Abramovic, la artista nacida en la ex Yugoslavia lleva a una literalidad extrema la leyenda que suele incluirse en el ámbito norteamericano al final de las invitaciones a museos y galerías para la noche de apertura: “The artist will be present” por “The artist is present”. Ella misma se hace presente durante los tres meses que dura su retrospectiva en el MOMA, sentada cara a cara con los múltiples espectadores-participantes que desean hacerlo, desde que el museo abre hasta que cierra. Y no sólo ella, sino que en la galería donde se exhiben las huellas de su trabajo, un grupo de 42 colegas “re-performancean” algunas de sus creaciones emblemáticas en los mismos horarios y calendario.
El lector puede encontrar una magnífica descripción del acontecimiento y la experiencia emocional de un crítico que decidió formar parte de él en la new york review of books. No lo abrumaré por tanto con los detalles del performance central que es exactamente el ejercicio base de la técnica actoral de Sanford Meisner: el contacto de dos seres humanos puestos frente a frente, ese nivel básico de comunicación (ser y estar) en el que –como dice la propia Abramovic que ya antes lo hizo en diversos espacios con una misma interlocutora- “todo o nada puede suceder.”
Desde luego, la experiencia del MOMA extrema un elemento esencial en todas las prácticas escénicas de Abramovic: la duración y sus relaciones con la presencia. Luego de casi treinta días (cuando tuve la fortuna de observarla) de realmente estar frente a/estar con una persona tras otra y otra a lo largo de ocho horas ininterrumpidas, la presencia del performer muestra rasgos evidentes de una transformación que coincide tanto con la hazaña deportiva (el record) como con el sentido trascendente del trance o la experiencia mística. Una catarsis, en el mejor sentido del término.
Y ahí la primera pregunta: ¿por qué cuarenta años después de su irrupción y en plena aceptación pública el performance art, que enfatiza sus desplazamientos genéricos, sigue definiéndose –ver los videos y entrevistas en la página del MOMA- con una negación del teatro? No hay que olvidar que una performancera como Tania Bruguera definió su cátedra en la Universidad de La Habana como “Arte de conducta”, definición que coincide con la de Danza para Pina Bausch o la de Teatro para tantos otros creadores.
Por lo demás, el nuevo giro que ofrece Abramovic al invitar a re-performancear algunas de sus creaciones emblemáticas, como ella misma hizo con obra de otros creadores en el Guggenheim neoyorquino hace algunos años, parece desafiar al menos su propia definición presentada como epígrafe para este texto.
Y así como su actual preocupación por “la herencia” invita a reformular las relaciones del performance con el tiempo, la retrospectiva de esta artista indudable en uno de los museos más conocidos y reconocidos del mundo, con su cauda de huellas, documentos, fotografías y videos, objetos residuales y su apertura hacia el hecho mismo, abre grandes interrogantes sobre la institucionalización de una práctica definida siempre como antiinstitucional y sobre la función de museos y galerías dada la desmaterialización de los objetos planteada en las estrategias conceptuales y performativas.
Y al formular estas interrogantes aparece el súbito deseo de parafrasear a Robert “Bob” Wilson, un creador teatral asociado justamente con la apertura performativa: si ya sabemos de qué se trata una obra, para qué hacerla. El arte no está ahí para dar respuestas. El artista es/está presente para que se planteen las preguntas.
Rodolfo Obregón
Fotos: Luz Adriana Obregón
Preguntas y respuestas dinámicas
ResponderEliminarMás con la puesta en escena que el año pasado
se montó respecto a su vida
(una fantasía escénica alrededor de la "madre" del presente, del estar)
http://www.youtube.com/watch?NR=1&feature=endscreen&v=MDqNpa-GU4Y
¿Los extremos que se abrazan y se confunden?
Y siguen las preguntas y que sigan y sigan, por el momento más Marina por favor
les recomiendo que lean el libro, La feria de la Carne de la escritora Yunuen Esmeralda Díaz, editado por el Mexiquence, que nos da una buena reflexión académica sobre el arte del cuerpo.
ResponderEliminar